viernes, 16 de agosto de 2013

EL ROBLE DE EL BOCAL (Jardinería Eladio Nonay)

Hace aproximadamente 20 años visité por primera vez "El Bocal" en Navarra y no había vuelto desde entonces.
Recordé el Laberinto Carlos, en la memoria tenía recuerdos muy claros de él.
Un laberinto bien diseñado, compacto, sin fisuras, alto, donde era fácil perderse y eso era posible gracias al vigoroso crecimiento de un ciprés muy apto para estos temas cupressocyparis leynlandii.


Hoy en la entrada del laberinto hay un cartel que describe el tipo de ciprés que lo forma, tipo de diseño, orígenes, etc.
En fin, el laberinto que yo recordaba había desaparecido debido a una enfermedad y el actual se encuentra en pleno crecimiento vegetativo.
Caminé unos cuantos metros y algo me dejo impactado, la figura colosal de un centenario roble.


Nunca antes lo había visto.
Pregunté por su historia y me dijeron que cuando se iniciaron las primeras obras de la acequia de El Bocal que darían lugar posteriormente a la construcción del Canal Imperial de Aragón en el siglo XVI, con el propósito de regar las huertas de Zaragoza, se plantó el roble.



El cálculo fue rápido e instantáneo el roble que tenía a mi lado tiene más de 500 años.
El señorío de su edad impone, impone su solitario porte, su sobriedad y su sabiduría.
Su robusto tronco y su enorme copa le convierten en un ser potente y lleno de vida.


Alrededor de su tronco hay unos pequeños bancos de piedra que invitan a sentarse, a contemplar su belleza, a reflexionar, a meditar ...


El deseo de sentarme bajo sus ramas es enorme pero un vallado me impide el acceso. Me conformo y me siento en unos pequeños escalones, observo y admiro. Qué bello!!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario