El Jardín de la Reina, no es el título de un libro o de una película, es un auténtico jardín existente en el Palacio Real de Olite de la provincia de Navarra en España.
Un jardín en el interior de un Castillo, cuya belleza radica en su simplicidad.
El entorno en sí es maravilloso, ya que proyecta un escenario de ensueño donde la Reina debía sentirse en otro mundo.
Se encuentra adosado a la habitación de la reina y sobre una impresionante sala de los arcos que forman el pilar fundamental para sustentar el llamado claustrillo, antiguo jardín colgante.
Desde la habitación de la reina hasta llegar al claustrillo nos acompaña como se muestra en la fotografía una bellísima "parra virgen" enjoyada con numerosos zarcillos y hojas de diferentes tamaños que a la luz del sol muestran un escenario muy idílico.
Las paredes se cubren de un verde manto y los arcos de piedra se visten con tan improvisada vestimenta aportando al conjunto una imagen fascinante.
En el centro del claustrillo acogido por un brillante césped destaca un cerezo joven, unas pequeñas bolas de boj, la brisa del aire y la magia del entorno lo convierten en el lugar más apasionante del Castillo.
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