¿A quién no le sorprenden los Relojes Florales?
Nos sorprende el tamaño, el color, el emplazamiento, el estilo, la forma ...
El aspecto a simple vista es pulcro por su limpieza, vivo por su luz y color de sus flores, perfecto por sus simetrías, idílico por su emplazamiento, funcional por su aporte horario.
Situados en lugares estratégicos realzan cualquier espacio, bien al lado de un lago, en un parque, en una gran avenida.
Constituyen grandes macizos florales tejidos con una gran maestría.
El uso de flor de temporada marcará el colorido de su esfera y variará a lo largo del año.
Fijémonos por ejemplo en este reloj, las plantas carnosas (echeverias) marcan las líneas que sirven para estructurar simétricamente las diferentes zonas del reloj.
Las notas de color la ponen la perfecta combinación entre la planta de flor begonias y las tapizantes.
Los números perfectamente trazados por una escrupulosa poda de la planta santolina, realzan aún más la gran perfección del reloj.
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