Visitamos las tumbas de nuestros seres queridos y les obsequiamos con flores. Es una manera de decirles que nos acordamos de ellos.
Nuestra cultura cristiana nos lo ha enseñado desde niños.
Pero a pesar de ser un día triste y muy especial para nosotros, también es un día muy alegre porque en España existe una tradición muy arraigada que consiste en la elaboración de unos dulces muy curiosos llamados Huesos de Santo que nos endulzan y alegran.
Por ello, he pensado hacerle un homenaje al Prunus Dulcis (Almendro), agradeciéndole su existencia porque su fruto durante siglos ha sido una de las joyas más apreciadas para la repostería española.
Gracias a la almendra los reposteros pueden elaborar este magnífico dulce.
Mi esposa me ha facilitado la receta, es muy sencilla, hasta yo que no soy cocinillas puedo hacerlo.
Ingredientes:
100 gr. de azúcar.
50 ml. de agua.
125 gr. de almendra molida.
Dulce de yema:
50 gr. de azúcar.
25 ml. de agua.
2 yemas de huevo.
Preparación:
En un cazo poner los 100 gr. de azúcar y 50 ml de agua. Colocarlo en el fuego y preparar el almíbar.
Añadir la almendra triturada hasta obtener una pasta y luego dejar enfriar.
Preparar el dulce de yema, batiendo 1º las yemas y añadiendo otro almíbar que ya tengamos preparado. Remover.
Poner al baño María sin dejar de remover hasta que espese.
Una vez esté espeso se deja enfriar.
Espolvorear una superficie lisa con azúcar glasé y amasar el mazapán, estirarlo con el rodillo.
Cortar en tiras y enrollarlas en un palito formando cilindros.
Sacar el palo, dejar secar y posteriormente rellenarlos con la crema de yema.
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