Los setos rodean, separan u ocultan partes del jardín, a la vez que constituyen formaciones más atractivas que los muros.
El seto desempaña la misma función que el muro y se considera una alternativa más económica, a pesar de tener un crecimiento lento y necesitar un mantenimiento continuado.
Por ello, para ahorrar costes elegiremos una variedad sencilla y fácil de cuidar.
Muchos de los setos utilizados son para ocultarnos, para proteger nuestra intimidad, para separar zonas ...., y pueden cambiar con las diferentes estaciones del año. Unos lucirán flores o pequeños frutos de variados colores además de hojas.
Que elijamos un seto u otro dependerá de la función que vaya a desempeñar, del estilo del jardín, del espacio y una cuestión muy importante a tener en cuenta del tiempo que dispongamos para cuidarlo.
No olvide que las puntas de los setos deben ser recortadas con cierta regularidad con el objeto de mantener controlado su crecimiento.
Si el seto lo utiliza como un medio ornamental debe propiciar un ambiente adecuado para que cualquier tipo de planta y flor pueda brillar con luz propia y no se difumine por el entorno.
Para conseguir un seto radiante, es decir que tenga un brillo natural, que crezca tupido y con vigor debemos tener en cuenta una serie de importantísimas recomendaciones:
* Colocar las plantas para la formación del seto con una separación entre cuarenta y noventa centímetros para plantas de hoja ancha y a una separación aproximada de unos setenta cm. para coníferas.
* Para ahorrar tiempo elegir plantas que sólo necesiten recortarse una vez al año. Los setos informales requieren menos cuidado y son más fáciles de recortar.
* Controlar la altura del seto.
* Controlar las posibles enfermedades de los setos aplicando el método preventivo más idóneo.
* Importante, riegos periódicos en primavera.
Debemos tener unas herramientas adecuadas. Así se considera fundamental tener una tijera cortasetos para un seto normal o un cortasetos a motor cuando se trate de un seto de grandes dimensiones.
Recomendamos extender una cuerda de un extremo a otro del seto para conseguir unos trazados rectos.
Empezaremos por podar las caras verticales y al final recortaremos el seto por la parte superior siguiendo la trayectoria de la cuerda.
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