Un césped perfecto requiere una clase de gramíneas específicas como el raygrass perenne y por supuesto la siega y cuidado periódico.
Pero por raro que parezca no todos desean un césped espectacular, hay quienes prefieren que sus céspedes luzcan más asilvestrados.
Lo ecológico y lo ambiental prima por encima de todo.
Céspedes con bellas plantas silvestres crearán un encantador ambiente campestre, pero sin duda proliferarán las malas hierbas debido a los grandes periodos sin segar.
Si segamos desaparecerán las malas hierbas pero también las plantas silvestres.
Si lo que valoramos es lo ecológico y estamos en contra de utilizar herbicidas, controlemos esas malas hierbas manualmente, es un trabajo muy laborioso pero el resultado final será muy gratificante. Los románticos y los amantes de la naturaleza se sentirán sumamente satisfechos.
Si conocemos las malas hierbas como por ejemplo las ortigas, los cardos, los tréboles sabremos que son sumamente valiosos, su labor es la de acumular, potenciar, fijar minerales, servir de nutriente al terreno y sus flores constituyen el más suculento manjar que jamás puedan imaginar mariposas, insectos y abejas.
No olvidemos que las abejas constituyen uno de los pilares sobre el que se sustenta el medio ambiente contribuyendo al equilibrio ecológico. Su presencia contribuye a un proceso tan fundamental como es la polinización.
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