El almendro tiene su origen en el sudoeste de Asía.
Al igual que el olivo fue introducido en España por los fenicios.
Es un árbol con una altura de 4 a 5 metros, aunque puede alcanzar hasta 10 metros.
Con el paso de los años su tronco va adquiriendo tonalidades grisáceas y un aspecto como agrietado, áspero, rugoso. Parece haber perdido toda su juventud y fecundidad, pero realmente es un árbol con un corazón muy sano y con una larga vida por delante.
Las flores, de colores variados que van desde el blanco hasta el rosa, despiertan mucho antes de que lo hagan las hojas.
Estas flores se abren en invierno y de ellas nace un exquisito fruto conocido con el nombre de "almendra" desarrollándose durante 8 ó 9 meses.
El fruto maduro es de color verde, pero luego va adquiriendo diferentes tonalidades que pasan por el amarillo hasta llegar al marrón, momento en que desaparece esa capa protectora y aparece el almendruco de color marrón claro, del que se extrae la almendra.
De la almendra obtenemos aceite, leche, condimentamos comidas y realizamos elaboradísimos postres.
El almendro prefiere tierras calcáreas y profundas.
Se reproduce normalmente por injerto en diferentes variedades.
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