El hombre es un ser muy curioso por naturaleza. Posee uno de los sentidos más maravillosos: la vista. Saquémosle el máximo partido y hagamos que nuestros ojos se emborrachen de belleza.
Instantáneas capturadas por la retina, circulan por el nervio óptico fragmentadas hasta formar en nuestro cerebro una sólida imagen que nos causa un profundo bienestar.
Estoy intentando digerir tanta belleza, respiro profundo y visualizo todos los detalles.
Delante de mi contemplo un trabajo realizado con suma maestría y suma paciencia.
La geometría, el equilibrio y la proporción se ha trazado con especial cuidado.
Veo un estilo clásico, limpio y ordenado producto de una perfecta y bien trazada plantación de laureles exquisitamente podados.
Su disposición recreando caminos, escenifica un efecto ornamental vivo, donde la vista recorre todos y cada uno de los senderos y curvas existentes.
La proyección ascendente del plano hace que disfrutemos de una amplia panorámica con un telón de fondo muy elegante formado por acer, hayas, cedro atlántica glauca ...
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