Con estas fotografías quiero mostraros un escenario muy idílico, capaz de captar la atención de cualquier espectador.
El viento agita las ramas y las hojas vuelan danzarinas hasta depositarse lentamente en el suelo.
Un suelo cubierto por miles de hojas conforman coloridas alfombras otoñales.
Los primeros copos de nieve hacen su aparición y las ramas desnudas se visten de una espectacular túnica blanca.
Los árboles parecen perder toda su energía y fuerza, pero lejos de perder su ritmo vital, se toman su tiempo y se regeneran adquiriendo firmeza y lozanía.
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