ESTANQUES VIVOS
Los estanques vivos (aquellos en los que habitan plantas, peces y animales) necesitan de limpiezas periódicas.
Para efectuar una buena limpieza es necesario vaciar completamente el estanque y trasladar sus plantas y peces en recipientes adecuados a un lugar luminoso y protegido de vientos y fríos.
Mientras duren los trabajos de limpieza hay que proteger a esas plantas con plásticos o cualquier otro material natural de las heladas del invierno.
Una vez vacío, debemos chequear ese estanque:
+ Comprobar el estado de bordes o bordillos.
+ Limpiar la bomba de verdín y comprobar los filtros.
+ Comprobar que la instalación eléctrica no esté dañada.
+ Verificar que rejilla y desagüe estén perfectos.
+ Revisar el mantenedor del nivel de agua si existiese.
A continuación con la ayuda de una manguera limpiar el suelo y paredes.
Para evitar la aparición y proliferación de algas es conveniente que nuestro estanque posea plantas de follaje flotante (la proyección de su sombra lo evita) y plantas oxigenadoras (producen importantes cantidades de oxígeno que ayudan a controlar el crecimiento de las algas).
Hay algunos remedios químicos para evitarlas como es la utilización de sulfato de cobre.
Revisaremos el auténtico estado de las plantas acuáticas, de los recipientes, mallas o macetas que las contengan.
Si las plantas se encuentran afectadas por pulgones o plagas debemos efectuar una desinfección de las mismas, lo más sencillo es lavarlas con un buen chorro de agua.
Tras estos trabajos de comprobación, volveremos a colocar plantas y peces en el estanque y procederemos a su llenado progresivamente para que se vaya calentado el agua.
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