Parémonos un momento y analicemos brevemente aquellos molestos bichitos que pueden hacerle la vida imposible a nuestras plantas.
Los caracoles y babosas patentes en los jardines, devoran si ningún pudor las yemas frescas de cualquier planta. Se detectan muy fácilmente porque en su recorrido dejan una imprimación babosa adherida a las hojas y tierra donde se encuentra la planta.
Las orugas son de diversos colores y tamaños, no son fácilmente visibles. Se alimentan de las hojas, atacándolas tan agresivamente que las plantas dejan de lucir su mejor aspecto.
También es muy común y conocida la mariposa africana, su principal destino los geranios. Es una larva que crece en el interior de los tallos de los geranios, a simple vista nuestro geranio luce bello y hermoso pero en pocas semanas se irán secando las hojas y la propia planta.
Los pulgones insectos de sencilla y rápida multiplicación que se alimentan de la rica savia de nuestras plantas deteriorando poco a poco el aspecto exterior de la misma.
Los minadores diminutas larvas que van horadando la hoja y dejando pequeñas marcas blanquecinas en forma de círculos.
Los barrenillos tampoco son fáciles de detectar a simple vista, se esconden hábilmente en la corteza del árbol y con el tiempo la van barrenando lentamente hasta formar túneles bajo la misma.
Las tijeretas son insectos que acaban devorando todas aquellas hojas y flores tiernas de las plantas que se encuentran en pleno desarrollo.
Si somos respetuosos con el medio ambiente utilizaremos medios ecológicos para el control de plagas.
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