Realmente no sé, si lo que más me gusta es el pozo, las rosas o ambos a la vez.
Un pozo parapetado con un brocal de piedra rústica sobre el que se encuentra instalado una polea. El brocal se encuentra cerrado con una tapadera.
Este pozo se encuentra ubicado en plena intersección de calles, lo que quiere decir que es o era utilizado para dar servicio a una zona vecinal común.
Los rosales con sus explosivos colores abrazan las piedras y trepan incluso hasta la polea, rinden culto al brocal y se sienten compañeros de un mismo destino.
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