Siempre he sido un gran enamorado de la montaña, de su paisaje, de la frondosidad y belleza de sus plantas.
Me atraen las impresionantes y sugerentes composiciones rocosas que crea la madre naturaleza, es realmente fascinante.
Recreemos pequeños trocitos de tan magnífico paisaje en nuestro jardín.
Si lo que deseamos es realizar un jardín compuesto por numerosas rocas debemos pensar en tres cuestiones fundamentales: lugar idóneo para su ubicación, dimensiones del mismo y el tipo de piedra a utilizar.
Yo recomiendo para ahorrarnos quebraderos de cabeza utilizar piedra local, así como cualquier tipo de grava, gravillas o cascajos que necesitemos.
Una vez que sepamos el lugar podremos ir colocando las piedras con cierta gracia y maestría, recreando una pequeña zona rocosa donde las piedras parezcan emerger del terreno.
Las piedras colocadas horizontalmente y verticalmente irán conformando el diseño ideado (elevado, ladera, cascada ...), provocando voluntariamente pequeñas cavidades que servirán para plantar las plantas.
Estas piedras colocadas unas encima de otras serán selladas con una capa de tierra, propiciando al mismo tiempo la plantación y enraizamiento que servirá de fuerte fijación y perfecto sostén de la zona, nunca utilizaremos cemento.
No olvide que con frecuencia cometemos el error de colocar plantas muy juntas, su rápido crecimiento provoca un abigarramiento de follaje restando belleza a la composición inicial.
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