Los elementos de un diseño han de proyectarse de una manera lógica para crear una armonía satisfactoria y coherente en cualquier espacio.
La propia naturaleza es la gran enciclopedia del diseño. Así pasear por el campo, por la playa, por el monte hará que nuestra mente se abra y reciba sugerentes ideas para aplicarlas en cualquier jardín.
Cantos rodados en equilibrio formando una pequeña escultura en medio de la nada soportando las inclemencias de la naturaleza, se convierte en una sugerente idea para entender la lucha de los elementos naturales.
Adoptar esas sensaciones y plasmarlas con nuestras manos en nuestro entorno más cercano, bien sea nuestro jardín, nuestra terraza, nuestro huerto ...., es una de las experiencias más gratificantes.
Buscar un equilibrio entre entorno, vivienda, plantas, agua, clima ..., se convierten en piezas que encajan y relacionan perfectamente manteniendo el equilibrio oportuno cuando aplicamos los conocimientos que hemos obtenido de la naturaleza.
Al final el equilibrio encontrado y trasladado a nuestro jardín aportará un clima de serenidad, tranquilidad y paz como el que nos brinda la naturaleza.
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