He
dejado mi huellas anotadas como si de notas musicales se tratasen en
el pentagrama de un infinito sendero.
Sé, que mis huellas permanecen y lo sé, porque siento su melodía.
He
vuelto a casa después de un largo camino pisando tierra húmeda,
hierba fresca, campos llenos de aromas, atravesando ríos de aguas
claras.
Quiero
gritar al aire que he vuelto impregnado de naturaleza.
Cada
día vuelvo a abrir la misma ventana, esa ventana por donde se cuela
la luz de los rayos del sol y ese paisaje que me hiela la
respiración.
Pensamientos evocadores de momentos felices, en los que la naturaleza protagoniza la historia de un caminante.
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