Hay un gran número de personas que se sienten fascinados tanto por la belleza, como por la maestría que tienen determinadas trepadoras para adornar como una perfecta cortina: paredes, muros, entradas, cobertizos ...
En jardinería son utilizadas por su gran efecto ornamental e incluso para ocultar rincones o paredes poco atractivas.
Existen distintos tipos de trepadoras:
Las trepadoras con zarcillos
Aquí estaríamos hablando por ejemplo, de las clemátides cuyo tallos se enredan hábilmente sobre cualquier estructura o la pasionaria cuyos finísimos tallos en forma de pequeña espiral le ayudan a agarrarse con fuerza.
Las enredaderas
Como por ejemplo la glicinia que trepa fácilmente alrededor de un soporte.
Trepadoras adherentes
Son trepadoras que tienen raíces aéreas y les permiten agarrarse con fiereza a cualquier pared, el ejemplo más característico de este tipo de trepadoras son las hiedras.
Trepadoras con espinas
Las bungavillas se agarran fácilmente a celosías, tutores gracias a sus finísimas espinas y largos tallos.
Determinados rosales trepadores que crecen erguidos pegados a muros o verjas sostenidos por su infinidad de espinas curvas.
La mayoría de las trepadoras pueden cultivarse en maceta y es conveniente colocarles una fijación o un tutor para que puedan desarrollarse y ascender.
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