La expresividad de sus múltiples formas, tamaños, colores y olores, conforman una delicada flor de una singular belleza que alcanza los más altos cánones de elegancia.
Han logrado tal grado de simpatía que es frecuente verlas en cualquier parte del mundo, en ventanas, restaurantes, centros comerciales y por supuesto en muchos hogares.
Actualmente se conocen alrededor de 30.000 a 35.000 especies, sin contar la gran cantidad de híbridos cultivados en todo el mundo.
Hay que recordar que muchas de la orquídeas se encuentran en peligro de extinción, recordemos la Orquídea llamada Cypripedium Calceolus. http://jardineriaeladiononay.blogspot.com.es/2012/06/jardineria-eladio-nonay-zapatito-de.html
Las orquídeas se clasifican: en especies terrestres que son naturales del suelo, y las especies epifitas que viven en las ramas de los árboles.
La orquídea es una planta que necesita pequeños cuidados, como la recepción de abundante luz en las estaciones de otoño e invierno, teniendo cuidado de que los rayos del sol no incidan directamente en sus flores y hojas. En primavera y verano es conveniente colocarlas en semisombra.
Por tanto, es recomendable situarlas en ambientes con temperaturas no superiores a 30º C en verano y no inferiores a 12º C en invierno. Todo ello depende de la especie de orquídea de que se trate, ya que por ejemplo la Cattleya en invierno no soporta temperaturas inferiores a 18º C o la Miltoniopsis temperaturas más bajas de 15ºC ...
Dependiendo de la especie de que se trate, la orquídea requerirá más o menos riego. Por lo general, la época en la que hay que intensificarlo es en verano, disminuyéndolo en primavera hasta invierno. Es recomendable disponer de un pulverizador, si usted pulveriza una ligera neblina sobre hojas y flores su orquídea se lo agradecerá.
Se reproducen por semilla o por pseudobulbos de la planta original.
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