Existen alrededor de 250 especies y es verdad que todas tienen su propia belleza.
Pero tengo que reconocer que hay dos especies el eryngium giganteum de aspecto plateado que me entusiasma al igual que el eryngium alpino de tallos largos, de donde parten hojas armadas de finísimas espinas.
Una sinfonía de bractáceas plumosas y afiladas constituyen el comodín perfecto para el asentamiento de un conjunto ordenado de diminutas florecillas dispuestas en forma de cono.
Es una planta resistente y como mostramos en las fotografías resalta entre una vegetación llena de color.
Prefiere suelos ricos, bien drenados y se reproduce por semillas o por esqueje.
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