Te proponemos una forma de ocio super divertida para los peques de la casa: "cultivar su propio huerto".
Si es su primera incursión en el mundo del cultivo de hortalizas, recomendamos utilizar un pequeño rinconcito del jardín o por ejemplo un cajón de madera a modo de huerto.
Si el experimento gusta, al año siguiente podemos ampliar las dimensiones del terreno.
Antes de comenzar la plantación es importante comprobar el estado del suelo, recordemos que el cavado mejora los suelos, los airea y si le añadimos algún abono natural tipo estiércol, aumenta su fertilidad.
El huerto, debe estar a pleno sol y protegido del viento.
Un factor esencial a tener en cuenta es, el riego. Si tenemos cerca una toma de agua con una manguera, el niño puede regar las hortalizas y seguro que se lo pasará pipa.
El riego de invierno es escaso mientras que en verano es casi periódico.
Procure que el niño se divierta, no pretenda convertir la actividad en un maratón de cultivo de hortalizas, no todas las plantas tendrán un final feliz. Pero no debemos desanimarnos.
Tome nota de las plantas que puede plantar en un espacio reducido; zanahorias, acelgas, lechugas, espinacas, judías.
El niño participa, se involucra y se integra en un proceso que se inicia desde el momento de cero, es decir desde que las plantitas son bebes y alcanzan su mayoría de edad como hortalizas ricas, frescas y comestibles.
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