lunes, 11 de marzo de 2013

LOS LOTÓFAGOS (Jardinería Eladio Nonay)

En la Odisea, Homero nos narra la penalidades por las que Odiseo pasa hasta llegar a su hogar Ítaca.

No pretendo contar la historia entera, sólo escribir unas líneas que me han llamado la atención sobre el atormentado regreso de Odiseo al venir de Troya.

Después de pasar por tierra de los Cicones saliendo mal parados, huyendo, y aliados oleaje, corriente y Bóreas contra sus naves, arribaron en la tierra de los Lotófagos, los que comen flores de alimento.


Descendimos a tierra, hicimos provisión de agua y al punto mis compañeros tomaron su comida junto a las veloces naves.
Cuando nos habíamos hartado de comida y bebida, yo envié delante a unos compañeros para que fueran a indagar qué clase de hombres, de los que se alimentan de trigo, había en esa región; escogí a dos y como tercer hombre les envié a un heraldo. Y marcharon enseguida y se encontraron con los Lotófagos. Éstos no decidieron matar a nuestros compañeros, sino que les dieron a comer loto, y el que de ellos comía el dulce fruto del loto ya no quería volver a informarnos ni regresar, sino que preferían quedarse allí con los Lotófagos, arrancando loto, y olvidándose del regreso. Pero yo los conduje a la fuerza, aunque lloraban, y en las cóncavas naves los arrastré y até bajo los bancos.




Esos hombres no sólo se sintieron atraídos por la belleza de la flor, también encontraron un sentimiento de enorme alegría que les inundó cuerpo y mente.




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