Cuando nuestros clientes nos plantean la idea de construir un estanque o una fuente en su jardín, nos sentimos verdaderamente entusiasmados con la propuesta.
¿Por qué? Muy sencillo, el agua es uno de los elementos que más belleza, paz, armonía, quietud, sosiego puede aportar al clímax de cualquier jardín.
Una fuente sencilla es suficiente para crear un perfecto ambiente acuático.
En el caso que nos ocupa el dueño tenía un espacio no útil y quería colocar una fuente en el mismo.
En el caso que nos ocupa el dueño tenía un espacio no útil y quería colocar una fuente en el mismo.
Diseñanos los planos con la ubicación que consideramos más adecuada y elegimos los elementos adyacentes que le proporcionasen el mayor encanto posible.
Un amplio espacio abierto y sumamente soleado fue el lugar adecuado para la construcción de la fuente.
Empleamos bloques de hormigón dispuestos en forma cuadrada, lucimos los muretes interiores y exteriores con cemento y dejamos secar durante varios días.
Cuando la fuente estuvo lo suficientemente seca pasamos a impermeabilizar la parte interior para evitar posibles fugas de agua.
Utilizamos una bomba de bajo voltaje para que hiciese circular el agua.
Una vez terminada pintamos el exterior con un color azul añil y el interior verde.
A los pies de la fuente plantamos unas plantas vivaces para darle color y el entorno lo cubrimos con gravas para romper la monotonía mediante caminos de grava color verde contenidos por grava blanca para crear un efecto óptico espectacular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario