"Mi
casa de campo linda con un amplio paisaje boscoso. Me siento
realmente afortunado, desde el primer momento tenía muy claro que el
bosque formaría parte de mi vida, de mi casa y de mi jardín".
Así,
es como piensa Mario un empedernido naturalista, al que las barreras
no le gustan nada.
Su
modesta casa construida con piedra local se integra perfectamente en
un hábitat rural.
Una
arquitectura tradicional de las viejas casas de pueblo, la piedra
clara, ventanas y puertas de madera, la inexistencia de vallas y
verjas.
Las
plantas silvestres con sus coquetas florecillas se acercan
silenciosamente hasta la vivienda y las plantas herbáceas tiñen de
un verde espectacular el suelo.
Los
árboles con sus ramas parecen tocar la casa, mientras la brisa mueve
elegantemente sus hojas y permite que los rayos del sol se cuelen
entre las mismas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario