En menor o mayor grado, cada uno de nosotros dedicamos parte de nuestro tiempo a realizar las cotidianas labores del hogar.
El deseo de mantener nuestro hogar ventilado, limpio y ordenado es consecuencia de unos buenos hábitos de conducta.
Si trasladamos esos buenos hábitos de conducta al mantenimiento del jardín el resultado es super-positivo.
Nos encontramos en invierno, una época perfecta para comprobar el estado de los distintos elementos de nuestro jardín.
La vegetación pierde prácticamente todo su follaje y el jardín muestra su desnudez y sus imperfecciones.
Las tareas no deben agobiarnos, por eso, es importante planificarlas y acometerlas poco a poco.
La recogida de hojas es una de las labores más aburridas, es aconsejable compaginarla con otras tareas.
Revisar el estado de vallas, puertas y mobiliario.
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