Plantas repetidas a intervalos, puede considerarse una excelente opción para enmarcar un agua azul-verde.
El agua, actor principal toma vida y coquetea con rosas y cresta de gallo.
Las flores halagadas despliegan todo su encanto y la magia está servida.
Rosales de un suave rosa, acarician el agua con su tenue reflejo, mientras el intenso y llamativo rojo de la cresta de gallo añade vistosidad y fuerza cromática.
El escenario no puede ser más bello y todos los sentidos se activan de una manera extraordinaria.
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