Entendamos el jardín y el huerto como una manera de sentir y de vivir la naturaleza.
El jardín natural se alimenta del huerto natural y orgánico, una perfecta combinación que aumenta su valor ornamental y benéfico.
Un resultado muy atractivo y fascinante que favorece la presencia de fauna silvestre.
Un jardín y un huerto bien avenido presumirá de flores y hortalizas, por ello es necesario emplazar el huerto en suelo fértil y acompañarlo con toda suerte de flores y árboles frutales.
Las mejores hortalizas se obtienen cuando el suelo es rico en nutrientes, reciben abundante luz solar y el agua necesaria.
Obtener un suelo sano y rico en nutrientes significa aportarle abundante materia orgánica.
El compost procedente de desechos (productos del hogar, hojas, hierbas ...), así como de las deyecciones de algunas aves como las gallinas, aportan una gran cantidad de nutrientes.
Estos beneficiosos aportes orgánicos desencadenan la reactivación de la flora y la fauna, produciendo más formas de vida, creando un entorno con plantas más sanas y libre de plagas.
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