Entre marzo y abril las flores de la spirea en forma de delicados y prolongados ramilletes adornan parques y jardines.
Es un arbusto que no precisa de cuidados especiales, crece mejor en suelos ricos en substratos, necesita riegos más periódicos en época de floración.
Este arbusto de hojas pequeñas y caducas, prefiere exposiciones al sol. Cuando se aproxima el otoño, sus hojas adquieren un color marrón pardusco y se prepara para resistir las bajas temperaturas.
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