Contemplo ensimismado la belleza de este jardín, donde el simbolismo de lo natural se fusiona con el simbolismo arquitectónico y escultórico.
Un espacio amplio donde la presencia de enormes árboles, líneas de arbustos correctamente podados crean espacios abiertos, senderos y zonas de descanso.
En el centro del jardín, situada a pleno sol una fuente de estilo clásico. La presencia de agua siempre provoca un gran atractivo y múltiples sensaciones.
Pequeñas piezas escultóricas en forma de niño añaden toques de ternura y dulcifican la construcción de la fuente haciéndola más cercana por su gracilidad humana.
Al fondo el arco enmarca con su solemnidad el paisaje y nos transporta a épocas pasadas imprimiendo un aire muy señorial al mismo tiempo que cultural.
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