Muchas casas cuentan con un pequeño espacio exterior como desahogo.
Este pequeño jardín constituye una maravillosa fuente de disfrute para sus propietarios.
Las plantas son la clave y el apoyo que sustenta este amable rincón.
La casa de color blanco contrasta con la vegetación y con un suelo de piedra gris. Un suelo irregular que el único atractivo que tiene y que me parece encantador, es el hecho de que entre sus piedras nace una vibrante hierba que aporta un aire romántico al ambiente.
La mesa y las sillas blancas de un sencillo diseño, encajan perfectamente en esta estancia exterior.
La vegetación compuesta por rosales, campanulas y diferentes arbustos, así como una llamativa maceta con unas sobresalientes hortensias impiden que el jardín se convierta en una lugar monótono.
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