En jardinería es muy habitual el empleo de vallas de distintos tipos.
Yo siempre recomiendo las vallas de madera por tres motivos fundamentales: primero porque se integran muy bien con el resto de elementos del jardín, segundo son fáciles de colocar y por último no son excesivamente caras.
Existen una gran variedad de modelos y usted debe elegir aquél que mejor se adapte a sus necesidades.
Si lo que quiere es que sirva de separación entre dos jardines, podrá colocar una valla de paneles tipo ocultación para preservar su intimidad o una simple valle de pies derechos y largueros para marcar la linde.
También puede ser que desee colocar una valla para enmarcar una zona de su jardín que tenga cierto encanto, entonces le recomiendo una valla compuesta de celosías.
Por ende, con el tiempo las valles envejecen y se produce ese efecto mimético con el resto de elementos que favorece en gran medida el paisaje de cualquier jardín.
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