El cambio climático, la presencia de contaminantes atmosféricos y el contenido de polen y esporas en el aire contribuyen a la formación de una serie de molestos síntomas que provocan las denominadas alergias.
El aire limpio nos proporciona una agradable tranquilidad mientras que las partículas de polen, gases y polución, excesivamente concentradas en el aire, provocan en determinadas personas, síntomas como estornudos, falta de oxígeno, lagrimeo, picores.
Es un núcleo de población muy sensible que se encuentra ante una situación verdaderamente incómoda y bastante difícil de solucionar.
Los letreros informativos nos muestran los niveles polínicos diarios donde podemos comprobar determinadas especies que empiezan a generar gradualmente índices considerables de polen en el aire.
Entre estas especies podemos encontrar el plátano, la morera, el pino, el ciprés y las gramíneas.
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