En este jardín los árboles y los arbustos crecen en plena armonía mientras su rostro se refleja en las aguas de un tranquilo lago.
Una alfombra de un verde intenso se convierte en el continente que sustenta este elegante y sencillo jardín.
Los rosales pletóricos de salud impregnan el ambiente de notas armónicas de color e intenso aroma.
Una estatua de piedra iluminada por los intensos rayos solares y bañada por unos chorros de agua, se convierte en uno de los actores principales de este maravilloso jardín.
Su tamaño, su señorial porte, su feminidad, su emplazamiento en medio del lago, atrae todas las miradas y refuerza las líneas paisajísticas configurando un estilo un tanto clásico.