Este jardín tiene un estilo claramente definido, marcado por la estructura de diferentes niveles (terrazas).
Un estilo clásico pensado con grandiosidad y diseñado con una exquisita maestría.
Los árboles, las plantas y el resto del los elementos que constituyen el jardín han sido elegidos para producir admiración. Si bien, dichas plantas se extienden difuminándose hábilmente con las plantas autóctonas, guardando una celosa armonía con el entorno.
El Monte Carmelo, visto desde cualquier perspectiva logra con creces un gran impacto visual.
Árboles de refinado porte consecuencia de una extraordinaria poda, junto con el resto de árboles, palmeras, arbustos, plantas ..., toda una mezcla de alturas que logran una composición sorprendente y colosal.
Las barandillas aportan sobriedad y elegancia contrastando con el color de los caminos, con el césped espectacularmente cuidado, con la magnífica alfombra de gravilla roja que se extiende desde lo más alto del monte.
Las barandillas balaustradas se disponen como elementos de acceso y acompañamiento a unas dominantes y señoriales escaleras.
Muros de piedra, verjas de forja, farolas de época son importantes detalles que casan maravillosamente en este Jardín de Haifa.
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