Los estilos clásicos dejan paso a otro tipo de estilos pero aún así perduran en el tiempo y en el espacio.
Edificios integrados en la vida cotidiana de los ciudadanos siguen conservando ese aire clásico.
Los elementos estructurales, entorno, pavimento, no pierden un ápice de su idiosincrasia y la elegancia y belleza del estilo clásico se respira en el ambiente.
Un edificio con solera y distinción posee en su corazón un amplio patio interior.
En una de sus entradas centrales, a ambos lados dos fuentes donde descansan estatuas de piedra añadiendo mayor clasicismo al entorno.
A sus pies, los boj recortados de forma ornamental y dispuestos en conjuntos o grupos según su forma, resultan ideales para crear un diseño clásico.
Las notas de color la aportan brezos rosas, blancos y amarillentos, plantas que soportan bien el frío del invierno.