Las esculturas constituyen elementos clave en el diseño de un jardín.
La gran peculiaridad entre otras de estos elementos, es que juegan con la mirada del espectador.
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Según las pautas anteriores y los gustos elegiremos un tipo de escultura u otra; tradicional, contemporánea, modernista ...
Aquí también intervienen los materiales ya que pueden ser de: piedra, mármol, hierro fundido, aluminio, bronce ...
En los jardines pequeños una pieza central que no reste protagonismo al resto de elementos del jardín y que sirva de nexo de unión entre los mismos, contribuye a lograr un ambiente liberador.
En jardines formales donde paseos o setos marcan determinadas áreas una pieza clásica aporta una delicada elegancia y un aire señorial.
Como la de la foto, una escultura con una doble funcionalidad; incidentalmente sorprende por su porte y simbolismo y a la vez es fuente de iluminación, una grata y afortunada combinación.
En jardines informales podemos colocar esculturas modernas e incluso marcadamente abstractas y considero que son piezas que deben situarse en espacios abiertos y luminosos lejos de la sombra de árboles.
El color de la vegetación desempeña en muchas ocasiones el telón de fondo de la mayor parte de las esculturas resaltando u ocultando su fuerza, por eso siempre debe tener en cuenta este aspecto.
Y no olvidemos la luz que favorecerá o dificultará su apreciación, por ejemplo bajo la sombra de árboles se difuminarán las lineas de la escultura seleccionada.
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