Siempre he dicho que no existe lugar por pequeño que sea que no tenga solución.
Un reto fácilmente superable con una buena planificación y un poco de imaginación.
Una prolongada escalera de madera nos conduce a un pequeño espacio, un patio decorado con sencillez.
Un lugar donde el sol se cuela entre las ramas de los árboles y donde el efecto sombra-sol es sumamente agradable y placentero.
El suelo es de losa sencilla sin ostentaciones, muy cómodo para andar y combina con el resto de elementos.
El mobiliario introducido en este pequeño espacio juega un papel muy importante, un banco de madera y mimbre enmarcado por un hibiscus en plena floración entrelazado con un cactus.
Dos plantas muy diferentes como nos podemos dar cuenta pero una bella conjunción que permite potenciar la belleza de ese rincón.
Al otro lado, una bignonia de un verde brillante e intenso de acompañan a una pequeña fuente.