Los arriates de cualquier jardín requieren una serie de cuidados especiales, si queremos que estén como el primer día.
No es necesario controlarlos a todas horas, pero es interesante realizar un pequeño repaso semanal.
Controlar la humedad del suelo, factor fundamental para el equilibrio hídrico de suelo y vegetación.
Aportar algún tipo de nutriente mediante abonos naturales o preparados.
Vigilar y controlar las plagas no es una tarea fácil pero la clave radica en mezclar plantas que atraigan insectos beneficiosos capaces de ahuyentar a los no beneficiosos.
Debemos abogar por las prácticas sostenibles que cuiden el medio ambiente.
Eliminar las flores que ya han cumplido con su misión decorativa y sustituirlas por otras.
En cuanto a la forma del arriate eso dependerá de nuestros gustos personales.
Así, los arriates de formas simétricas tienden a utilizar esquemas formales como los de los parques y jardines palaciegos.
Mientras que las formas curvadas e irregulares utilizan una plantación más informal, con una mayor diversificación en las plantas.